Marrakech es una ciudad vibrante y llena de vida en el sur de Marruecos. Conocida por su historia, arquitectura y cultura única, es un destino turístico popular para aquellos que buscan una experiencia auténtica en el norte de África. Si tienes solo 48 horas para visitar Marrakech, hay muchas cosas que puedes hacer para aprovechar al máximo tu tiempo.
El primer día debería comenzar con una visita al Palacio de la Bahía, un impresionante edificio construido en el siglo XIX que ha sido convertido en un museo. Aquí podrás ver las impresionantes salas de recepción y los jardines privados del sultán. También es recomendable visitar el Palacio El Bahia, otro palacio construido en el siglo XIX con una impresionante decoración y arquitectura.
Después de explorar los palacios, dirígete a la famosa plaza Jemaa el-Fna, el corazón de la ciudad antigua. Aquí encontrarás una gran variedad de vendedores ambulantes, músicos callejeros, malabaristas y otros artistas que ofrecen un espectáculo continuo. Es un lugar ideal para sentarse a disfrutar de un té con hierbas marroquíes y unas deliciosas tapas mientras observas el ambiente animado de la plaza.
Por la tarde, puedes visitar los famosos baños hammam de Marrakech. Estos baños tradicionales marroquíes son una excelente manera de relajarse y rejuvenecer después de un día de turismo. Después de un baño caliente y un masaje, podrás sentirte renovado y listo para explorar la ciudad por la noche.
En la noche, no te pierdas la oportunidad de disfrutar de una cena tradicional marroquí en un riad (casa tradicional marroquí) convertido en restaurante. Puedes degustar platos típicos como tagine (guiso de carne o verduras) y couscous (plato de cuscús) mientras disfrutas de la música tradicional y el ambiente acogedor del riad.
El segundo día, puedes dedicarlo a explorar los mercados y tiendas de la ciudad. El Mercado de la Sed, también conocido como el Souk de la Tela, es uno de los mercados más grandes y más antiguos de Marrakech, especializado en telas y ropa. Puedes encontrar una gran variedad de telas, desde sedas y lanas hasta alfombras y cerámica.
Hoy, Marrakech es una metrópolis bulliciosa, con mucha cultura y muchas cosas por ver y hacer. Ya sea que estés interesado en explorar los sitios históricos de la ciudad, comprar en sus bulliciosos mercados o simplemente empaparte del ambiente caótico y místico de la ciudad roja, Marrakech tiene algo para todos.
La ciudad está llena de monumentos históricos, experiencias culturales y comida deliciosa. Con tanto que ver y hacer, puede ser difícil saber cómo pasar el tiempo sabiamente, así que a continuación te ofrecemos un itinerario de 48 horas de los lugares de interés y actividades imperdibles en Marrakech para que puedas aprovechar al máximo tu tiempo en esta ciudad de Marruecos.
Plaza Jemaa el-Fnaa
Para empezar, asegúrate de pasear por la plaza Jemaa el-Fnaa. Esta es la plaza central de la ciudad y de fama mundial y está llena de vida de día y de noche. Durante el día, encontrarás encantadores de serpientes, acróbatas y otros perfiles pintorescos como adivinos y cuentacuentos compitiendo por tu atención. Por la noche, la plaza se llena de puestos de comida que sirven especialidades marroquíes. Sin duda alguna es una de las plazas más concurridas de África, además de estar considera Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Mezquita Koutoubia
La Mezquita Koutoubia es una de las mezquitas más bellas de Marrakech, y la más grande de la ciudad y su minarete es visible desde el otro lado de la ciudad. Al igual que en el resto de las mezquitas de la ciudad, la entrada está prohibida a los no musulmanes, pero puedes admirar la arquitectura exterior. Fue construida en el siglo XII y es un gran ejemplo de la arquitectura morisca.
Jardín Majorelle
El Jardín Majorelle es un jardín público y fue creado por el artista francés Jacques Majorelle a lo largo de cuarenta años, desde 1923 hasta su muerte en 1962. Este jardín es conocido por su color azul vibrante, que se usa en todo el jardín en edificios, macetas y paredes y que fueron pintadas por el propio Majorelle. El jardín alberga una colección de plantas autóctonas marroquíes, así como cactus y otras suculentas de todo el mundo. La característica más emblemática del jardín son sus paredes azules, que fueron pintadas por el propio Majorelle. Las paredes están cubiertas de azulejos azules y se cree que el color representa el cielo, así como el amor de Majorelle por el agua. El jardín fue diseñado por Majorelle con una serie de pequeños jardines, que se inspiraron en los jardines de Marrakech.